Le propuse que primero escaláramos alguna vía más corta, fuimos a la Cassin de la Picolissima, la cosa fue bien: toda en libre y buen horario.
Una semana después la meteo daba cuatro días de anticiclón, el objetivo era el diedro Phillip-Flamm, una clásica.
Aquella tarde llegamos al refugio Tissi, regentado por Giovanni Castello, el mejor del terreno, amigo de guías y escaladores.
Su hija Mónica -fuimos novios siete años hasta que me pilló revolcándome en el dormitorio con una cliente sueca- colmó de atenciones a mi cliente y a mí me dio un pisotón. Yo no entendía nada.
Su hija Mónica -fuimos novios siete años hasta que me pilló revolcándome en el dormitorio con una cliente sueca- colmó de atenciones a mi cliente y a mí me dio un pisotón. Yo no entendía nada.
A las cinco de la mañana salimos del refugio. A las seis empezábamos a escalar, los primeros largos son sobre IV+ y a pesar del frío en las manos, como las presas eran grandes, llevábamos buen ritmo. En cuatro horas escalamos doce largos, llegamos a la zona de mayor dificultad –el trato era que yo escalaría de primero los largos más difíciles- es un tramo en que la roca se vuelve rojiza y un poco rota, el grado es alrededor de 6a. Richard trepaba bien –los acantilados británicos son una buena escuela- y en un par de horas más íbamos a llegar a las canales de salida -son unos diez largos- si todo iba bien y no estaban muy mojados en cuatro o cinco horas estaríamos en la cima.
Giovanni me había advertido durante el desayuno, que una cordada de españoles había vivaqueado en la vía –tiene un telescopio: sabe quien entra y quien sale de cualquier vía y si hay un problema es el segundo en saberlo- atrapamos a los españoles al inicio de la chimenea.
Eran dos y parecían buena gente, uno de ellos no le quitaba el ojo de encima a mi cliente. El mirón sacó una caja metálica, lió un cigarrillo y lo encendió -aprovechamos para zamparnos algunas de esas asquerosas barritas energéticas, le pregunté a Richard si quería que los adelantáramos y le recordé el lío que supone escalar durante un par de largos en paralelo con otra cordada, me contestó que no, que prefería guardar turno y que sólo era la una del mediodía- ví como se le hacía la boca agua al oler el alcaloide, entonces lo comprendí todo.
El español le pasó el cigarrillo a mi cliente mientras le preguntaba, ¿de verdad eres tú?, el de Liverpool asintió con la cabeza –yo no entendía nada, sólo intuía que si todos fumaban mucho nos costaría acabar la vía- el otro español revolvió en la tapa de su mochila hasta que sacó una máquina de fotos y un rotulador, le pidió que les firmara en el casco y a mí que les sacara una foto a los tres. Canturreaban ”Come together” y reían, era su turno de escalar y se despidieron hasta la siguiente reunión. Mi compañero estaba ciertamente feliz.
Los españoles se portaron como verdaderos anfitriones -coincidíamos en todas las reuniones, nosotros éramos más rápidos pero Richard no quería que los adelantásemos- siempre nos esperaban con humo y una bebida energética. A las seis estábamos en la cima; más fumar –el inglés estaba imparable- fotos y abrazos.
A las siete oscurecía y bajar la ferrata Alleghesi nos iba a ocupar dos horas. Llegamos al refugio Coldai a las nueve y media, estaban avisados gracias a la radio del Tissi y nos esperaban con cerveza. Despedida y cierre.
Unos días después coincidí en un bar de Agordo con los españoles, me invitaron a beber una grappa y me confesaron estar orgullosos de haber escalado con Ringo Starr.
Yo no entendía nada.
7 comentarios:
Qué buena historia...!!!! Me ha encantado... Una fantástica historia para ser leida al ladito de la chimenea...
Zanquius...!!!!!
Quiero más. Y no hace falta que sea de lo mismo. O sí. Yo qué sé...
Donn Demetrinco, me encantan las cosas que cuentas. No te he comentado nada últimamente, pero he disfrutado con esos cuatro supercolegas de "Quién es quién", con "La Primera Vez" de Toni Casas y Joan Olivé, en ese Pedra tan querido, con la "locura rusa" de los Parkours y ahora con con ese "Extraño Cliente" dolomítico. En fin... una gozada, tío.
Tela la història. A qui li va passar aquesta anècdota tant bona? Suposo que el que duien els espanyols era costo... sino ja els haguéssin adelantat! hehehe
Hola Pekas,
Agradezco tus elogios, más viniendo de un "connaisseur". Fue una bonita historieta con otros actores, pero fue así.
Max,
Hostia colega, qué decirte. Procuro ser aplicado y colgar cositas que vayan un poco más allá de "la vía que hice este finde". Me alegra cantidad que aprecies estas vivencias pues tu eres buen conocedor del tema y a veces de los protas. Habrán más.
PGB,
Mi lector favorito. El nombre de los protas queda en el anónimo, Naturalmente que era "doble 0" el material que se fumaban los cristianos, por eso le gustaba tanto al hereje inglés!!
Digali tonto, al Ringo :)
Genial, com totes les altres...
PG
¡¡Que el Ringo porta molts anys anant de festa i se la sap molt llarga!!
tr,
senkiu.
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