Antes, muy antes, te ibas a escalar con nueve moscatas, diez clavos, un martillo y dos pedales, ahora igual no llevas los pedales y la porra pero de todo lo demás lo que quepa en el carro de un súper. Y el colega lleva otro.
Desde nuestro norte, nos llegan notis de otro invento de albañilería-ferretería adaptable a la escalada.
El Multi-Monti, aunque parezca un chiste es el nombre de un tornillo que en las primeras vueltas del hilo de la rosca tiene el secreto.
La cosa es menos farragosa que otros anclajes a la hora de instalarlo. Sólo el agujero del diámetro adecuado y ya puedes roscar el tornillo. Las tres primeras vueltas del hilo son las que graban en la pared del agujero el paso de rosca, quedando el tornillo anclado así. A priori es muy fácil.
Capítulo aparte para el tema de las resistencias, naturalmente la cosa no está pensada para darse hostias sobre ella en un desplome.
Que nadie se excite, ni unos ni otros. De momento si yo tuviera que usarlo, lo haría pensando en la progresión y el apaño más que para la protección sistemática en la escalada libre.
Pensando en arrastrar un taladro y en su óptimo aprovechamiento intuyo que la medida ideal son 10mm de diámetro por 65mm de largo, lo que según la tabla de resistencias del fabricante, da una carga de 640kg.
En acero inox. Las medidas que ofrece son de 70 y 80 mm de largo para 10mm de diámetro.
O sea que si utilizamos la medida de 70 y le descontamos los 4mm aprox. del grueso de una chapa, estaríamos dentro del estándar de los 640kg.
El primer problema de montaje observado es al hacerlo sobre granito; es demasiado duro y el hilo de la rosca se estropea.
Probablemente el problema es que al estar diseñado para hormigón, ladrillo macizo y arenisca cuanto más dura sea la roca menos bien funcionará.
Y hasta aquí les puedo contar de momento.
One more time...
Siempre al último grito, porque siempre será el penúltimo.
Desde nuestro norte, nos llegan notis de otro invento de albañilería-ferretería adaptable a la escalada.
El Multi-Monti, aunque parezca un chiste es el nombre de un tornillo que en las primeras vueltas del hilo de la rosca tiene el secreto.
La cosa es menos farragosa que otros anclajes a la hora de instalarlo. Sólo el agujero del diámetro adecuado y ya puedes roscar el tornillo. Las tres primeras vueltas del hilo son las que graban en la pared del agujero el paso de rosca, quedando el tornillo anclado así. A priori es muy fácil.
Capítulo aparte para el tema de las resistencias, naturalmente la cosa no está pensada para darse hostias sobre ella en un desplome.
Que nadie se excite, ni unos ni otros. De momento si yo tuviera que usarlo, lo haría pensando en la progresión y el apaño más que para la protección sistemática en la escalada libre.
Pensando en arrastrar un taladro y en su óptimo aprovechamiento intuyo que la medida ideal son 10mm de diámetro por 65mm de largo, lo que según la tabla de resistencias del fabricante, da una carga de 640kg.
En acero inox. Las medidas que ofrece son de 70 y 80 mm de largo para 10mm de diámetro.
O sea que si utilizamos la medida de 70 y le descontamos los 4mm aprox. del grueso de una chapa, estaríamos dentro del estándar de los 640kg.
El primer problema de montaje observado es al hacerlo sobre granito; es demasiado duro y el hilo de la rosca se estropea.
Probablemente el problema es que al estar diseñado para hormigón, ladrillo macizo y arenisca cuanto más dura sea la roca menos bien funcionará.
Y hasta aquí les puedo contar de momento.
One more time...
Siempre al último grito, porque siempre será el penúltimo.
3 comentarios:
Rollo los tornillos de IKEA sobre madera que van haciendo los surcos.
Pero si has de llevar taladro vaya invento de pacotilla ¿no? No veo que un parabolt cueste mucho más de poner...
Son cargas de trabajo, diría que para la ruptura lo tienes que multiplicar por 4.
K,
Sigo investigando, parece que los bomberos los han estado probando. De momento vamos a darle el beneficio de la duda.
Bisb,
No veo nada claro esto que planteas, si fuera así sería mucho mejor que un parabolt.
Txomo, Txomo,
te digo lo mismo vamos a concederle el beneficio de la duda...
y sí, en una ocasión a finales de los 80, monté un búlder en una pared de obra vista de un colegio con tacos Fischer de 8mm y tornillos de carpintero. Las presas aguantaron hasta seis años instaladas y en uso. El uso era para las clases de educación física y era casi diario, para una serie de energúmenos de 14 a 16 años.
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