Toda la vida, o eso me parece, que sigo de vez en cuando las pelis del Filo.
No siempre, como las hacían los domingos a la hora del atasco en la carretera, en el momento de la ducha o en el 90% de las veces ni me acordaba que lo emitían.
Siempre me pareció que el estilo pomposo y dramático era excesivo.
Rápido entendí que no iba dirigido a mi, si no a un vulgo ni alpinista ni escalador.
La masa, que flipaba en colores cuando veía unas montañas o unas tapias que no sabían ni de su existencia, y que además les metían un texto y un tono casi de scary movie.
Hasta el punto de que si veo un episodio sin volumen, soy capaz de ir narrando el texto sin saberlo. Previsible. Aun así, las imágenes sí eran para nosotros.
La serie, que ha durado más de 20 años y eso no le pasa a cualquiera, ha recibido premios nacionales e internacionales y ha logrado un reconocimiento semejante al que puedan tener los documentales de National Geographic.
Hace unos años, tuve ocasión de formar parte del equipo de filmación de Al Filo. El currillo me lo busco Q. y fue una interesante estancia en Courmayeur.
Ya el primer día metí la gamba diciéndole al 2º de abordo que: el texto y el narrador eran unos plastas. Por la cara que puso el tío vi. que no era la primera vez que un imbécil listillo le decía algo así, creo que ahí fue cuando eché mi futuro a rodar.

Un día a las 8 a.m., nos pilló un helicó que nos dejó a todos arriba, en la montaña, en tres viajes. Íbamos a estar varios días acampados en un glaciar mientras durara la filmación en una goulotte.
Mi labor era la del puto machaca. Buscar un lugar, montar las tiendas, fundir agua y cocinar un poco y estar para lo que cualquiera usía mandará. Así tres o cuatro días, una cosa light.
Los stars de la peli eran O.C., J.Q. y J.I.G., se filmaba en la vía con un dvd y desde el glaciar con una joya de 35mm
Cuando decidieron que ya habían hecho aquella goulotte del Mont Maudit suficientes veces para tener bastantes metros de film, desmontamos y nos bajamos a Courmayeur.
Hotel, ducha y comedor. This is a real life!.
Nos esperaban el gran capo y otro cámara. Nos pusimos firmes a la entrada del hotel y el Conde-Duque de Olivares pasó revista a la cuadrilla. No hubo asombros.
Siguieron unos días menos tranquis. Por las mañanas con el primer teleférico al refugio Torino.

Búsqueda de un serac adecuado en algún rincón en dirección al Capucin, ascensión a una punta de la que no recuerdo el nombre para filmar unos planos y así durante varios días, que las pelis son de cartón piedra. Pocas son a vista.
El otro machaca y servidor, les colocábamos elementos de seguridad a los cámaras y al técnico de sonido. Labor sencilla.
Vuelta al hotel a primera hora de la tarde y a sobar. Cena y copas en el pub.
Una tarde encontramos por la ciudad a Alfonso Vizán y Mikel Sáez de Urabain. Bajaban de las Jorasses y habían escalado la McIntyre-Colton. Esperaban el bus de regreso a Chamonix donde tenían todo. Nos contaron su ascensión con unos recuerdos fresquísimos, estábamos a mediados de octubre. Fue un encuentro momentáneo.
Aún unos pocos metros de film delante de un cierto monumento a los guías de Courmayeur y dos días más tarde dábamos por terminada la filmación y volvíamos a casa.
Para mi fue una experiencia interesante conocer al equipo de AFDLI, a los alpinistas ya los conocía, no tantos pelagatos como yo han tenido la suerte de participar en un sarao de estos.