En 1981 hice cisco el menisco interno de mi rodilla siniestra.
Habíamos dispuesto un festorro de sááááábado a la noche en la ermita de Meiá y una de las improvisaciones nocturnas fue saltar al “cavall fort” (churro, mediamanga, mangotero). Naturalmente durante el juego olvidamos que éramos amiguetes –porque en el fondo éramos unos cabrones todos- y lo que contaba era la masa corporal, las no buenas intenciones y las patrañas a fin de hundir –literalmente- al equipo contrario. Cuando a menda, que es canijo crónico, le tocó pasar el tiempo como caballo. El equipo contrario aterrizó en pleno sobre mi chepa habiendo otras más anchas para escoger.
No hacía mucho que había vuelto de la mili y aún permanecía algo del espíritu legionario de resistencia en mi buñuelo de fósforo reseco, de manera que intenté hacerme el loco, la jugada había de ser rápida. No me salió bien. Los ciento y pico de quilos concluyeron con mi rodaja de cartílago tras un crujido que solo yo oí.
Se desternillaron profusamente de mí y de mi poca resistencia, sin embargo nunca les he guardado rencor por ello y aún somos amigos porque luego venían al hospital a traerme tabaco y whisky. Con los años alguna venganza inconsciente seguro que habrá habido.
A los tres meses de la meniscectomía ya estaba en perfecto estado de revista, entonces aún me recuperaba bien de las resacas de la anestesia.
En 1986 fulminé el menisco interno de la rodilla diestra.
Aquel invierno habíamos “descubierto” la zona de Sant Honorat. Pasamos varios findes abriendo vietas, disfrutando de la soledad del lugar y de grandes panzadas de todo en las horas oscuras, que eran numerosas. Incluso localizamos una bauma muy espaciosa a la que se llegaba rapelando desde un árbol del camino. Con el buen tiempo hicimos una correría hasta allí con las queridas de la época.
Sááááááááááábado a la nooooche… hoguera en la bauma, gran butifarrada, coloquio y revolcón final. Naturalmente aprovechamos el día para escalar un poco hasta que llegó mi cuarto de hora de gloria.
Intro+nudo+desenlace:
Era el tiempo de las mallas y nadie trepaba sin ellas, salvo yo. Nunca me gustó el look ese. Lo sabían y se conchabaron para obsequiarme unas mallas negras.
Las calcillas en cuestión tenían una tercera pernera central donde introducir a mi hermano pequeño. La tercera pernera era demasiado superlativa para la triste realidad que precisaba en aquel momento. Como estábamos de bolo decidí ponérmelas, de relleno usé los gayumbos enrollados.
A continuación seguí probando un bordillo que estábamos tentando, en medio del desplome –siempre desploman- mi tercera pierna, colgaba a su libre albedrío con un aspecto burlesco. Fue entonces cuando todos, absolutamente todos los mirones y eran muchos, se trituraron las costillas con la risa y a mi costa.
Hasta aquí íbamos bien: era un finde festivo. Contagiósemele la risa, iba perdiendo fuerza y me estaba cayendo. No quería caer –es una alergia que tengo- y debía dar un golpe de gas, ¡es que me estaba cayendo, hostia!
Pegué un brinco, rollo batracio, para resituar los pies en las presas más altas, lo hice con energía y un asomo de autoridad mientras intentaba gobernar la risa que me tiraba de la vía. Al apoyar los gatos sobre las presas tras el impulso tomado, éste descargó toda su fuerza en mi tren inferior obligándome a plegar considerablemente las piernas. Oí, más que noté, un rechinamiento conocido en la rodilla. Me dejé caer.
Allí mismo se acabó la bipedestación por una temporada. Dos días después llegué al hospital, mis colegas no renunciaron al guateque. No les guardo rencor por ello a ninguno.
Un mes después de la artroscopia los galenos me confesaron que había un cinco por mil de operaciones que salían cagadas, así que, yo en particular, tenía mu mala suerte. Tardé algo más de seis meses en recobrarme de la resaca.
Aunque han pasado un montón de años y ahora estoy fuera del circo alpino, uno siempre tiene presente que si bien ya no escala no por eso está exento de lesiones.
Uno también cree que con el historial de porrazos y lesiones acumulado durante largo tiempo escalando más los marrones y resacas comidos en este último quinquenio ya tiene el cupo hecho.
Pues NO.
En este momento, tras meses de tratamiento, y como efecto secundario de la medicación para mis males –mejor que un red bull con café y clencha- tengo un cuerpazo que no me lo acabo.
Ahora pedaleo un triciclo reclinado, que debía de ser la panacea para poner mis cachas en condiciones, pero con mi ausencia de mesura, algo mu peligroso pa mi body, he irrumpido en una dinámica autodestructiva a base de exceso de machaque.
Hace unas fechas que sé fijo que tengo descascarillado otro menisco –los hay a puñaos en cada pata- en esta ocasión el externo de la rodilla derecha.
Veremos cuanto tarda en pasar la marea esta vez. No se si guardarle rencor está baza, al matasanos que me prescribió el tratamiento para estar airoso.
La verdad es que todo esto visto desde con los ojos de uno que sabe que no va a escalar nunca más, parece poco marrón. Unos treinta o cuarenta días? No parece mucho tiempo a mi edad y con mi currículo.
Hay que joderse. Mañana me operan.
Habíamos dispuesto un festorro de sááááábado a la noche en la ermita de Meiá y una de las improvisaciones nocturnas fue saltar al “cavall fort” (churro, mediamanga, mangotero). Naturalmente durante el juego olvidamos que éramos amiguetes –porque en el fondo éramos unos cabrones todos- y lo que contaba era la masa corporal, las no buenas intenciones y las patrañas a fin de hundir –literalmente- al equipo contrario. Cuando a menda, que es canijo crónico, le tocó pasar el tiempo como caballo. El equipo contrario aterrizó en pleno sobre mi chepa habiendo otras más anchas para escoger.
No hacía mucho que había vuelto de la mili y aún permanecía algo del espíritu legionario de resistencia en mi buñuelo de fósforo reseco, de manera que intenté hacerme el loco, la jugada había de ser rápida. No me salió bien. Los ciento y pico de quilos concluyeron con mi rodaja de cartílago tras un crujido que solo yo oí.
Se desternillaron profusamente de mí y de mi poca resistencia, sin embargo nunca les he guardado rencor por ello y aún somos amigos porque luego venían al hospital a traerme tabaco y whisky. Con los años alguna venganza inconsciente seguro que habrá habido.
A los tres meses de la meniscectomía ya estaba en perfecto estado de revista, entonces aún me recuperaba bien de las resacas de la anestesia.
En 1986 fulminé el menisco interno de la rodilla diestra.
Aquel invierno habíamos “descubierto” la zona de Sant Honorat. Pasamos varios findes abriendo vietas, disfrutando de la soledad del lugar y de grandes panzadas de todo en las horas oscuras, que eran numerosas. Incluso localizamos una bauma muy espaciosa a la que se llegaba rapelando desde un árbol del camino. Con el buen tiempo hicimos una correría hasta allí con las queridas de la época.
Sááááááááááábado a la nooooche… hoguera en la bauma, gran butifarrada, coloquio y revolcón final. Naturalmente aprovechamos el día para escalar un poco hasta que llegó mi cuarto de hora de gloria.
Intro+nudo+desenlace:
Era el tiempo de las mallas y nadie trepaba sin ellas, salvo yo. Nunca me gustó el look ese. Lo sabían y se conchabaron para obsequiarme unas mallas negras.
Las calcillas en cuestión tenían una tercera pernera central donde introducir a mi hermano pequeño. La tercera pernera era demasiado superlativa para la triste realidad que precisaba en aquel momento. Como estábamos de bolo decidí ponérmelas, de relleno usé los gayumbos enrollados.
A continuación seguí probando un bordillo que estábamos tentando, en medio del desplome –siempre desploman- mi tercera pierna, colgaba a su libre albedrío con un aspecto burlesco. Fue entonces cuando todos, absolutamente todos los mirones y eran muchos, se trituraron las costillas con la risa y a mi costa.
Hasta aquí íbamos bien: era un finde festivo. Contagiósemele la risa, iba perdiendo fuerza y me estaba cayendo. No quería caer –es una alergia que tengo- y debía dar un golpe de gas, ¡es que me estaba cayendo, hostia!
Pegué un brinco, rollo batracio, para resituar los pies en las presas más altas, lo hice con energía y un asomo de autoridad mientras intentaba gobernar la risa que me tiraba de la vía. Al apoyar los gatos sobre las presas tras el impulso tomado, éste descargó toda su fuerza en mi tren inferior obligándome a plegar considerablemente las piernas. Oí, más que noté, un rechinamiento conocido en la rodilla. Me dejé caer.
Allí mismo se acabó la bipedestación por una temporada. Dos días después llegué al hospital, mis colegas no renunciaron al guateque. No les guardo rencor por ello a ninguno.
Un mes después de la artroscopia los galenos me confesaron que había un cinco por mil de operaciones que salían cagadas, así que, yo en particular, tenía mu mala suerte. Tardé algo más de seis meses en recobrarme de la resaca.
Aunque han pasado un montón de años y ahora estoy fuera del circo alpino, uno siempre tiene presente que si bien ya no escala no por eso está exento de lesiones.
Uno también cree que con el historial de porrazos y lesiones acumulado durante largo tiempo escalando más los marrones y resacas comidos en este último quinquenio ya tiene el cupo hecho.
Pues NO.
En este momento, tras meses de tratamiento, y como efecto secundario de la medicación para mis males –mejor que un red bull con café y clencha- tengo un cuerpazo que no me lo acabo.
Ahora pedaleo un triciclo reclinado, que debía de ser la panacea para poner mis cachas en condiciones, pero con mi ausencia de mesura, algo mu peligroso pa mi body, he irrumpido en una dinámica autodestructiva a base de exceso de machaque.
Hace unas fechas que sé fijo que tengo descascarillado otro menisco –los hay a puñaos en cada pata- en esta ocasión el externo de la rodilla derecha.
Veremos cuanto tarda en pasar la marea esta vez. No se si guardarle rencor está baza, al matasanos que me prescribió el tratamiento para estar airoso.
La verdad es que todo esto visto desde con los ojos de uno que sabe que no va a escalar nunca más, parece poco marrón. Unos treinta o cuarenta días? No parece mucho tiempo a mi edad y con mi currículo.
Hay que joderse. Mañana me operan.
20 comentarios:
Aun me estoy riendo...jajaja. Qué bueno!
Que vaya bien la operación y, sobre todo, el post operatorio.
Ens veiem!
Molta sort amb la operació, a veure si et deixen "com nou" ;)
Anims Donn, que estem amb tu!
Bueno donn, ¿será cuestión de ir poniéndole freno al desenfreno?
Supongo que tampoco para esta vez te faltarán colegas que te lleven whisky y tabaco, pero en todo caso, yo también me ofrezco para llevártelo.
Que vaya bien todo y el marrón dure lo menos posible.
ànims
Bon despertar anestèsic. A mi em toca dimecres vinent...
Molt bo el post i un cop més feliç de llegir-te
Vagi be
Mucha risa!!!
Suerte con la remenamenta!!!!
H,
Que vaya bien con la operación. Si todo va bien ya sólo te quedará una más.
Pos estem arreglats! Una altra vegada has de passar pel taller? Mare de Déu Santíssima del Remei!(Madre de Diós Santissima del Remedio) Demana que et posin la vacuna de la grip A de pas, no sigui que l'agafis tu ara amb la mala sort que et presegueix.
Ja ens explicaràs la peripècia del post operatori en un post post operatori... Post... pos t'esperem quan despertis.
Ànim i agafa't fort!
hola cap de colla, esperem que el metge fassi la seva ben feta ,pero recorda que el 50 % restant et pertoka a tu fent una bona recuperacio pospart amb una xurri ben maca de fisio,aixi que t'envidio coxina.apa una abraçada molt gran.sergi.(Alella).
Sort company.
Un Kurrante
Aun no siendo hábito de los nobles infanzones de Aragón rebajarse a platicar con el vulgo, por guardar profundo respeto por los esforzados guerreros que han defendido nuestros ducados en duras batallas y han asaltado fortalezas almenadas para retornarlas a la cristiandad a la que les fueron arrebatadas por los infieles, hago cumplida excepción para desearle pronta recuperación y vuelta con los suyos para enfundar nuevas justas en los torneos, no sin antes recordarle la levedad de nuestra existencia en este mundo que no es morada definitiva, como ya nos advertía el insigne Jorge Manrique en sus "Coplas a la muerte de mi padre", pues sentenciaba la profunda "Cualquiera tiempo pasado fue mejor".
Dios guarde a vos villano DeMetrinco muchos años.
Bernardo Abizanda.
Infante de Aragón
Mucha suerte Donn!
Ni te imaginas como te entiendo!
Salu2
...y cogido al médico por los cojones, le susurré mirandole fija y dulcemente a los ojos con cara de fuego: "vamo´ a repe´tarnos, no, colega?"
Donn, la neurona, que no te la toquin. Espero llegir-te aviat.
Jordi
hahah!
Bona Donn, acabes de demostrar-me que si has de pillar pilles igual abans que ara...alueg...segurament queda clar que ets destructivament indestructible...i que duri.
Bow si guardes el meu mail fes-me un toc quan et llevis si tens un moment..tinc una afoto d'una petxina de pedra per a tu...em vaig passar una bona estona mirant D'ON COLLONS la vas fer tu, anys abans...i encara no ho entenc...devies levitar o jo soc molt tap...
pd.Jo pensava que se t'enduria un trailer amb el giny aquell! I vas i et lesiones...
Mal yerba nunca muere, i tu ets la mare de totes les ortigues!!!
Cura't aviat!
Molta força i molta canya a la voluntat de cara a aquests dies difícils "del cagarse". Y nunca digas nunca jamás... que ho deia el Roger Moore i encara en va fer una altra, de peli de Jeims Bond.
Molts ànims
Gracias por vuestras mensajes, colgué el post pa que me dierais unos soplos de ánimo y ha salido bien.
Lo que cambian los tiempos; aquello que hace unos años fueron seis días de hospitalización, esta vez han sido 28 horas. No tengo ni idea a que se debe: A/ si la técnica a progresado una barbaridaz, B/ que resisto más los tormentos físicos que antes o C/ que la crisis hace que las mutuas recorten gastos salvajemente.
El caso es que a los 45 minutos de estar de vuelta en mi queo ya tenía una amoladora en las manos y estaba cortando hierros y echando chispas. De repente me reconocí –viéndome por un gujero en el tiempo- andando sin muletas y éstas abandonadas a diez metros. Me dije que no podía ser y lo dejé para otro día. Es que a veces no tengo medida y eso no es bueno pa my body.
Una vez más senkiu a todos por vuestros palabros de coraje.
Ei Donn, encara que una miqueta tard, (un te la mala costum de fer vacances) m'afexeixo als dessitjos de la resta de companys.
Vinga, molt anims i endevant.
Ya nos contarás qué tal va esa recuperación, fiera.
Slds
A recuperarse !
I per cert, quines vies vareu obrir a Sant Honorat? perque no n´hi han gaires de divulgades , apart de les del Antonio, que sembla que aprofita antics intens o vies oblidades.
Salut.
Indi,
No las recordaba y he tenido que recurrir al libro de Gracia y Olmeda Guía de escal. en el Alt Urgell.
En la cara N. Vells Amics.
En las agulles:
-Centinel·la dels tres ponts>Al-au-he.
-Ag del Manguito> Entre mamelles. >El manguito electrolitic.
-Ag. Esmeagol> Aresta smeagol.
-Ag. de la Botella> El almendrado.
Todas ellas abiertas en el más puro estilo -a pelo o casi- con algunos seguros equipados por el segundo de cuerda.
Quedó a medias una vía que posteriormente fue terminada por AGP.
Son vies oblidades que molaria fer una bona resenya i treureles a la llum perque no es perdin, ja que formen part del patrimoni escalatori i d´una epoca amb una epoca d´escalar.
Salut
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