lunes, febrero 16

ULTIMA OPORTUNIDAD PARA UN FINAL FELIZ



Que la realidad siempre supera la ficción o que las circunstancias aparentan una ficción es cosa aprendida, que se lo pregunten a ese que hace unos años iba una mañana de sábado haciendo footing entre El Bruch y Collbató.
En un momento dado se alzó un tipo con un arma de fuego de detrás de un arbusto y le pegó un escopetazo. Así por la jeta. Mi colega con diecisiete perdigones en el cuerpo y el hijo de puta del cazador a su lado diciéndole –no me denuncies por favor que me quitarán la licencia-, naturalmente el tipo terminó en comisaría, luego ya no sé si la Asociación de la Escopeta Nacional le libró de su destino. Algo así ha ocurrido en nuestras antípodas.
Las Blue Mountain’s en Australia, dos croatas están conjurados en un fregao para abrir una vía en cada continente antes del fin de 2007, es la última parte de su santa misión a juzgar por el nombre de la vía; Last Chance for Happy End.
Ignoran o no quieren saber porqué allí todas las vías están equipadas con químicos, salta a la vista que la calidad de la roca así lo exige.
Cuando la equipan ya se dan cuenta que aquella roca –sandstone- es ultra blanda, tanto que al expansionar los paraboles estos lo que hacen es aumentar la métrica del agujero, más tarde comentarán algo de ello en su www.
Zanjan su asunto, no dicen nada y se van a casa. Han dado fin a su santa misión around the world incluso a costa de dejar la vía con una protección muy azarosa.
13 meses después unos locales que escalan en una vía cercana deciden a mitad del recorrido cambiar a una más fácil usando una vira a media pared. Un poco antes de su destino se dan de morros con una línea desconocida y nueva, suben por ella. En un momento dado el que va delante se pilla de un anclaje, con la mayor facilidad éste se arranca por extracción, el tío cae con tan mala estrella que la cuerda se corta en un canto, se va a tomar por culo y casca.
Nadie entiende nada. Los locales deciden mirarse la vía de cerca y quedan sorprendidos. Aquí y aquí está toda la historia contada por Simon Carter, fotógrafo y escalador local, tomarse 20 minutos de lectura y comprensión, irá bien para no pecar de ignorancia otro día.
Como señala Simon Carter el nombre de la vía es absolutamente premonitorio. Siendo un país de cultura anglosajona supongo que los croatas deben estar denunciados ante algún tribunal competente y en busca y captura global.
Todo esto me hace cavilar: ¿cómo se les habrá quedao el cuerpo a los croatas al saber que su puta chapuza ha sido la causa de que un tío pringase?. Bonito asunto de mierda para un coco estándar.
Periodicamente en todos los lugares aparecen chapuzas peligrosas –en el equipamiento de vías- no todas son mortales pero dan susto y lo que es peor alarma social y pie a grandes bolas.
Cada uno que saque sus conclusiones de unos malos ejemplos reales.



jueves, febrero 12

El Meteor abollado

El otro día les hinqué una inspección por sorpresa a los pordiosers de mi antiguo curro. Los pillé con un casco Meteor abollado, les requerí una explicación, veraz, rápida y concisa.
El casco lo usó Jordi Corominas en la 1ª ascensión de la vía NordAfricana en el Monte San Lorenzo y el material cumplió con su función de absorción
La pedrada –a juzgar por el aplastamiento del casco- no parece de categoría funesta, contundente pero no letal.
Esto me lleva a pensar que Jordi, seguro apreció en su momento la ventaja recibir él la pedrada y no las cuerdas que lo sostenían, eso si hubiera comportado sucesos fatales para los dos, o no.
De vuelta a casa en la limusina, escuchando LuckyMan de Emerson, Lake & Palmer, me hice mis imágenes de la peli en colores y sensurround d’ese.

-Dale fuerte.
-Dónde le doy?
-Donde quieras. Is up to you
-Pos le daré en la bola de arriba, que se mueve un poco y es más difícil.
La perversión de los objetos inanimados hace que el pedrusco se mueva de la pared y se tire, rebote por ahí un par de veces y tome una trayectoria como caprichosa.

Unos metros más abajo. En el primero de una larguísima serie de rápeles. JC empieza a rapelar.
-¡Piedra!
Al poco oye esa asonancia tan impopular e intenta esconder todo el cuerpo debajo el casco -tarea imposible- y cuando solo le ha dado tiempo de encoger los hombros recibe el impacto en medio la memoria. Tras unos segundos sabe que ya no le hace falta jibarizarse, no caen más chuzos de punta. Vaya pedrada!
-Que pasa tiu? Estas be? –desde más arriba OB quiere saber- caguncony vaja roc! L’ha tirat la corda!
-Si, si, estic ok. Millor al cap que no a la corda !