POR LOS PELOS?

Releyendo Seguridad y Riesgo, que me da cantidad de morbo, con alguna de las historietas pensaba que habían muchos procesos exagerados y traídos por los pelos.
Al cabo de un rato han empezado a venirme a la bola algunas de las que me han pasado y después de pensar en ellas he revisado mi primera idea. Pa que veáis

- Con quince años ya no podía resistir más la llamada de la Normal del Cavall Bernat en Montserrat. En el club encontré un incauto que no sabía con quien se ataba y allá que nos fuimos. También recluté a un compañero de clase para la aventura.
Para empezar mi colega tenía era un par de años mayor que yo, medía dos palmos más y pesaba veinte quilos más.
Negociamos los largos y me tocó arrancar, la vía empieza con un largo de travesía a la dere desde la cima de un pedestal, de manera que al tercer metro de flanqueo ya estás sobre el vacío. Llegué a la R y la monté sobre estribos con dos escarpas en una fisura vertical, mi compañero de cole empezó el largo y al segundo movimiento se cayó, no problemo se paró solo.
Reinició y cuando ya llevaba dos metros volvió a caer. Yo, que aseguraba a la chepa, estaba en la higuera pensando en lo que podía haber pasado con el anterior vuelo si no se hubiera parado solo, porque de repente ya no veía tan claro que yo fuera capaz de parar ni un penalti en un futbolín. Aún así fui capaz de bloquear la cuerda pero me estampó contra la pared, cuando ya estaba notando que la cuerda se escapaba y me olían a quemado las manos mi amigo volvió a parar, él solo. Bendita rampa.
No sé que debió pensar mi fichaje de nuestra actuación pero acabamos escalando el Cavall, los tres.

- Yo siempre he procurado tener novias del rollo, así todo es bastante más fácil aunque no del todo. A los dieciséis me camelé a una amiguita y me la llevé a un pie de vía a que me esperara, ella no quería escalar.
La Bola de la Partió en Montserrat es una aguja con una bola encima, el pedestal de 40 mts. de IVº por la arista, encima una bola de 20/25 mts más, nuestra vía era A2 de buriles y IVº.
Llegué a la cima sin problemas y la atravesé hasta el lado contrario buscando una instalación que era reunión y rápel a la vez. Me senté al lado y por algún oscuro motivo de chulería que te da la testosterona, decidí no atarme a la reunión. Recuperé y empecé a asegurar a la espalda. Otra vez mi compinche me superaba claramente en peso y medida.
Empezó su turno en el desplome y al poco noté un tirón. Bloqueé bien porque podía. Una suave fuerza me movía fatalmente hacia el borde de la bola y al patio de cabeza. En los dos o tres segundos que duró la tracción pasé revista a todos, inclusa la chati que estaba abajo aguantando la corriente de aire.
Cuando ya me veía a tomar porculo todo se paró.
A voces no nos entendíamos. Ahora pienso que no sé como llegué hasta la instalación y está vez me até. Yo recuperaba cuerda, mi colega subía y al rato estábamos juntos.
Le conté lo que me había pasado, me dijo que se le había roto la tercera chapa y que caía muy lentamente –el roce de las cuerdas en los moscas, en la tirada en forma de bola y mi culo en la cima- y que cuando llegó a la rampa se paró. Soft landing.
Durante un rato cavilamos qué habría pasado si yo hubiera saltado. Ninguno de los dos habló más del tema y lo olvidamos.
Lo olvidamos porque abajo estaba mi candidata favorita del momento con un cabreo del 15. La tía no sabía en que lío se había metido conmigo.

- En Kalamontse otra vez. Llego a una reunión, dos clavos en una fisura vertical, paso un cordino y los uno con un moscata. Me ato al moscata.
Sube mi compi y empieza el siguiente largo que es lo más difícil que nunca hemos escalado. Hay un momento en que ya nos separan quince o más metros, va a pelo y al fin consigue meter un clavo invertido y colgarse con un pedal. Entonces se da cuen que se ha saltado cuatro clavos, también ve la siguiente R, los pasos que le quedan son los más chungos y lo sabemos. Sale en libre, dos pasos y se cae el cabrón.
Días atrás alguien me había enseñado el nudo dinámico y su aplicación, yo había practicado toda la semana en el metro con un cordelillo y aquella mañana había decidido asegurar con el dinámico en lugar de la espalda.
Total que el cabrón se cae. Con el grito que pega mi automatismo cierra las manos sobre el dinámico, la cuerda pega un tirón, los clavos de la R salen extraídos de su posición. Mis manos reciben un tirón y se empotran en el fondo de la fisura. Todo se para. Mi comp. se para con el clavo invertido.

Salimos cantando el colacao, demasiadas emociones el mismo día.