viernes, octubre 27

DISGUSTOS LOS MÍNIMOS

El otro día leí la mala noticia sobre Todd Skinner, me apenó tanto como cuando cualquier compi de fatigas desaparece. Durante mucho tiempo tuve un póster en mi habitación de cuando liberaron la Salathé –él y Paul Piana- tenían una tienda montada en El Cap Spire y allí pasaron un mes aprox., era un buen coleguilla que por las noches al acostarme me escuchaba y aconsejaba. Gracias a sus palabras al final me atreví a ir de viaje a Yosemite y enparrarme en dos vías de El Capitán. Sus instrucciones fueron fundamentales.
Ahora leo que la causa del accidente la tuvo el mal estado del anillo ventral del arnés, qué mal.
Una vez más parece que se cumple el axioma de que si eres muy bueno tienes muchos números de cascar haciendo actividad. Es el refrán del cántaro y la fuente.
Recuerdo un artículo a propósito de la escalada en libre de Salathe que acababa diciendo algo así como: "lo realmente peligroso son los diez últimos kilómetros de conducción para volver a casa, en que la mente se relaja y parece que ya estás allí... es entonces cuando hay accidentes"
Qué premonición más chunga y a largo plazo, quizá ya la había olvidado.
Todos hemos escalado en algún momento con un arnés más o menos tronado. Hemos recibido avisos internos y externos sobre el mal estado de la pieza y hemos considerado que por una vez más no iba a pasar nada... de hecho es la máxima que yo aplico cuando me cuelgo de un cordino asqueroso en un artificial... pero claro no es lo mismo un paso de artifo en el que seguramente a una distancia x habrá otro seguro cubriéndote y rapelar con un anillo ventral tan tronado como para romperse con tu peso.
Que esta triste noticia nos sirva como recordatorio de que es un seguro más, quizá más importante que estar protegido por un bolt de 12mm, sea el escalar con un material en condiciones (lo que se llama EPI Equipo de Protección Individual, PPE en inglés), y que, a mi modo de ver, hay algunos artículos en los que no vale la pena racanear –cuerda, casco, arnés, y más- pues nos va el pellejo en ello.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo siento, pero no puedo creer que un anillo central de un arnes, por gastado que este, se rompa con solo el peso del escalador incluido material.
Un cordinillo de 2 mm es capaz de aguantar nuestro peso ¿Tan gastado tenia el anillo de encordamiento?
Estoy seguro que alguno otro factor tuvo influencia en el accidente

Donn Demetrinco dijo...

Hi Mike,
No te digo que no. De momento la única info que hay al respecto es esa. Hasta que no nos den otra versión...
Pensado friamente cuesta de tragar.
En una ocasión le oí contar al malogrado Bunny que, en un rappel en Montserrat, ya había anochecido, se equivocó y clipó el moscata del rapelador en el portamaterial del arnés. Sólo salvó la situación, al romperse el plástico del portamaterial, gracias a aquellas manazas que tenía y a que el rapel era en una rampa.
A partir de esta anécdota podemos entrar en el terreno de la especulación.
¿pero vale la pena? Lo que realmente procede, a mi modo de ver, es vigilarse siempre a uno mismo, tanto en nuestras maniobras como en el material que usamos y por extensión al colega que llevemos en en ese momento.