lunes, octubre 23

ESCALAR EN LAS AÇORES

El mes pasado tuve la suerte de pasar unos días navegando, de hecho, yo siempre navego de una manera u otra. Pude engañar al capitán, ex-alpinista, para embarcarnos más aún. El objetivo principal era pasar sed para poder beber cerveza, estirar los brazos y dejar a la parienta unas horas...



Navegar es muy aburrido. Quince días embarcados en el Kemeundho -un velero de 40 pies- tres grumetes, dos sirenas y un capitán. Es como vivir en una caravana estrecha en los extremos, en perpetuo balanceo, andar descalzo procura continuos y dolorosos golpes en los pies, lo bueno: siempre estás haciendo el aperitivo.
Esta era una singladura para escalar, aprovechando la oportunidad que nos daba el barco para acercarnos a alguna pared situada sobre el mar. Las brisas y el motor nos arrumbaron a un islote deshabitado.
Desde el principio vimos que allí no regalaban nada. Era una roca de unos doscientos metros de alta, con vegetación y una cara que parecía interesante escalar. Con un dingui (zodiac) nos acercamos a tres escalones que bajaban por la roca hasta el mar. El oleaje hacía que la proa del dingui tan pronto estuviera por encima del segundo escalón o por debajo del tercero, me mareé tontamente. Finalmente pusimos pie a tierra pero a costa de perder el bidón de agua dulce. Mala suerte. Lo primero fue buscar una sombra –que no había- mareadillos y sin nada que beber ¡de puta madre!!
Desde allí mismo empezamos a trepar. La roca era buena, con una película de sal, huesos de ave y cáscaras de huevo. Era una tapia para pájaros y nos sentíamos en nuestro rollo.
En el segundo largo empezamos a encontrar vida no vegetal, unos lagartos de metro nos miraban desde las enredaderas. Mi colega llevaba veinticinco metros de V+ con pocos seguros, se ponía nervioso –no le gustan los reptiles- llegó a una repisa con árbol y montó reunión. Cuando servidor llevaba escalados diez metros del tercero -una fisura de manos- mi amigo se puso a gritar, tenía una serpiente entre las piernas y como éstas son sordas no le hacía ni puto caso. El ofidio empezó a reptar en vertical siguiendo la cuerda, mi colega me radiaba a gritos la situación, metí un friend en la fisura, el reptil llegó y se instaló al lado del empotrador, yo aullé hasta que mi amiguete me descolgó.
Discutimos sobre quien seguía escalando, finalmente quedó claro que quien empieza un largo lo acaba. Me armé con una rama y de valor, llegué hasta el friend y con la rama empecé a hurgar en la fisura hasta que conseguí tirar la serpiente abajo. Mi compañero chillaba mientras veía cómo un cinturón de piel de serpiente le caía encima, logró apartarse, la bestia golpeó en el suelo de la reunión y siguió cayendo. Solucionado el tema seguí escalando, tenía miedo cada vez que metía la mano en la fisura. Al fin llegué a una repisita y monté buena reunión y descanso. El velero fondeado en la “base” de la pared había izado el “Jolly Roger”, nuestros amigos debían filmarnos y junto con las imágenes que nosotros obtuviéramos montaríamos una película, como en las bodas.
El largo que seguía estaba absolutamente tapizado de enredaderas y raíces –por unos minutos la situación se puso tensa otra vez, no había otra solución que escalar aquel muro- mi colega supo hallar una línea libre, era difícil 6b, pero encontró –con mucha dicha por su parte- tres puentes de roca donde asegurarse, la suerte sonríe a los audaces, en poco rato logró escalar treinta metros hasta una repisa.
Era mi turno, ya solo quedaba rodear un espolón y escalar un diedro, encontré otra serpiente en una repisa, esta vez no me asusté, estaba gorda –hacía la digestión- dormía y pasé sin hacer ruido, llegamos arriba.
La boca seca, sin agua, con mucha sal en el ambiente, sol de justicia: bonita aventura –de las que nos gustan- buena excusa para beber cerveza fresca ¡yyyuuupi!!
Para nuestra sorpresa encontramos un hito, un bloque nos sirvió como instalación de rapel, la siguiente la montamos nosotros.
Unas mujeres desnudas nos esperaban en una calita y nos llevaron presos hasta un barco

pirata ¿era el principio de otra aventura?

5 comentarios:

PGB dijo...

Benvingut al mon blogaire! :)

Interessant aventura amb les serps, i quina putada estar sense aigua! Al final quants llargs i quants metres veu fer de via?

Salut!

Donn Demetrinco dijo...

Gracias pgb,
9 largos y unos 300 mts. de desnivel.
Lo peor no es la sed, que a este mundo hemos venido a sufrir, sino el ambiente marino. Todo el material quedó con una pátina de sal y hubo que "bañarlo" en agua dulce a la vuelta a casa.

Donn Demetrinco dijo...

Pgb,
soy un bocazas, 6 largos, 200mts. desnivel, aprox. 300 de recorrido.

Anónimo dijo...

Ola, soi Paulo, vivo em Azores, isla terceira, podes-me enviar las resenhas de la via escalada e fotos? Es que por aqui tambiem se escala, e me gostaria ir a escalar ai. Gracias.

Esquilovaz@yahoo.com

Donn Demetrinco dijo...

Hola Paulo,
Este relato es de una vía que fue abierta en 1995.No publicamos ninguna reseña, pero debo de tener el original en algún sitio.
Para obtener los datos correctos de localización de la vía debo consultar con el capitán del velero. En estos momentos está en el Caribe haciendo una campaña de charter allí.
No estará en Bcn. hasta el otoño.
En cuanto tenga todos los datos te los mando por correo.